
«María se levantó y partió sin demora».
Este versículo de Lucas ha sido el lema de la convivencia de Adviento, que tuvo lugar del 25 al 28 de noviembre, a la que acudimos 140 jóvenes de Cursillos de la diócesis de Madrid.
Como relata el evangelista, cuando María recibe el anuncio del ángel se levanta y se pone en camino inmediatamente, no espera. Y María se levanta porque vive la caridad.
Esto es lo que yo viví en la convivencia.
Pero esta caridad que me da la iniciativa y que me impulsa a ponerme en camino no parte de mí sino de Cristo, que sale a mi encuentro.
El Adviento es un tiempo de espera para la venida del Niño Dios al mundo, la llegada del Salvador que viene a nuestro encuentro. Pero no es una espera estática, sino que esta espera, igual que a María, nos mueve a prepararnos también nosotros.
Porque para que esto ocurra yo también me tengo que poner en camino y preparar mi entorno para que cuando llegue podamos recibirlo y hacer que Jesús nazca, también en los sitios que no está.
Como a María la caridad me apremia, porque si no tengo caridad los demás no podrán conocer a Cristo. La caridad me exige salir de mí misma para ir al otro.
La convivencia ha sido una ocasión para coger a María de la mano y ponerme en camino con ella. Y también para prepararme con mi comunidad, que me recuerda que tengo que partir sin demora, porque el amor de Cristo me urge.
De colores!!
Carmen Clavijo.
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