
La pandemia había secuestrado el anhelo evangelizador que hasta 2019 palpitaba entre el colectivo cursillista de Bilbao, quien, de manera entusiasta, peleaba hasta entonces por sacar adelante los dos Cursillos anuales que nuestros humildes recursos humanos y realidad diocesana nos permitían.
Estos dos años y medio alejados de nuestro espacio comunitario, de los habituales contactos humanos y complicidades por la causa del Reino, amén del ininterrumpido flujo de noticias portadores de inquietantes augurios, presagiaban que el regreso al tan añorado punto de restablecimiento de nuestro Movimiento se antojaba pura quimera.
Nos animaba comprobar que hermanos de otras Diócesis habían retomado, audazmente, nuevos retos evangelizadores.
Nuestros contactos telemáticos así nos lo confirmaban, a la vez que se hacía palpable el apoyo, la gran disposición y el enorme flujo de ánimo que intercambiábamos desde todos los puntos geográficos.
Sostenidos por ello, las “fuerzas vivas” de nuestro Movimiento en Bilbao, nos convocamos para proyectar un NUEVO escenario, en el cual, capitaneado por Jesucristo, nos armásemos de las necesarias dosis de fuerza en la oración, entusiasmo y convicción para llevar a cabo una nueva convocatoria, que (¡por fin!) nos posibilitara CELEBRAR el Cursillo Nº 118, pospuesto (cancelado) hasta en cuatro ocasiones.
Y nuestro Capitán no nos defraudo: La respuesta a nuestra cruzada no pudo obtener mejores resultados.
Llamadas frecuentes de personas deseosas de información, contactos con sacerdotes colaboradores dispuestos a apoyar la causa, entrevistas de precursillo…
La Gracia revoloteaba por doquier, de forma que el fin de semana del 29 de Abril al 1 de Mayo, pudimos CELEBRAR, en la Casa de Ejercicios de Ntra. Sra. de Begoña, el tan añorado Cursillo 118, para gloria de Dios y ventura de la Iglesia Diocesana, al poder contar entre su capital evangelizador con este Movimiento de Primer Anuncio, presto para protagonizar, en sinodalidad, los objetivos establecidos en el VI Plan Diocesano de Evangelización.
De nuevo dejamos constancia fotográfica del multicolor abanico de hermanos participantes en esta experiencia de Gracia.
¡¡DE COLORES!!
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