
El pasado fin de semana, del 24 al 26 de septiembre, un grupo de cursillistas nos juntamos en la casa de las Oblatas del Santísimo Redentor en Ciempozuelos.
¿Por qué? Pues para aprender más del movimiento de Cursillos de Cristiandad y discernir si éste es el lugar en el que el Señor nos quiere para trabajar en su Iglesia.
Cursillos de Cristiandad, un movimiento que me enamoró desde que hice mi cursillo en marzo del 2019 y que doy gracias a Dios por haberme invitado personalmente a través de un amigo sacerdote.
Después de hacer mi cursillo me dijeron que si quería ser parte de la Escuela, que es la asamblea de cursillistas que sirve para ayudar al movimiento a crecer. Y mi respuesta fue clara, un sí en toda regla. ¿Cómo podía decir que no al movimiento que me enseñó lo fundamental cristiano?
Por eso era importante participar en estas jornadas de iniciación a la escuela, para también empaparnos más del kerygma y poder anunciar que ¡Dios está vivo!
Gracias a los dirigentes y a las hermanas Oblatas pasamos un fin de semana en amistad, con Jesús y con nuestros hermanos, para aprender más si cabe amar a nuestra iglesia y para ¡tener una vida de colores!
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