Saludo de Monseñor José Ángel Saiz Meneses

El consiliario nacional de Cursillos de Cristiandad, monseñor José Ángel Saiz Meneses, nos saluda tras su nombramiento.

+ José Ángel Saiz Meneses, obispo de Terrassa y Consiliario del Secretariado Nacional del MCC

Queridos hermanos y hermanas cursillistas de cristiandad. Os saludo con todo afecto y me pongo a vuestra disposición desde el momento en que he sido nombrado Consiliario del Secretariado Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) de España. Lo hago consciente de que nuestra vida sólo tiene sentido desde el amor y el servicio.

No me es ajeno el MCC. A la edad de 17 años hice mi Cursillo en Barcelona. Desde entonces he formado parte del MCC como militante, dirigente y consiliario, y creo que tanto el carisma como el método han marcado profundamente mi vida y mi trabajo pastoral. Por otra parte, me emociona servir como Consiliario en continuidad con los que han sido mis predecesores: Mons. Juan Hervás, Mons. Josep Capmany, Mons. Juan García Santacruz y Mons. Ángel Rubio; y en colaboración con los que han dado continuidad a Eduardo Bonnín, don Sebastián Gayá, don Juan Capó y tantos otros laicos dirigentes y sacerdotes consiliarios que han trabajado y siguen trabajando desde los inicios. Mi agradecimiento a todos ellos.

 

«Nos encontramos en un momento crucial de la historia de la Iglesia y de la humanidad.»

Nos encontramos en un momento crucial de la historia de la Iglesia y de la humanidad. Nuestra sociedad está inmersa en un proceso de secularización aparentemente imparable, y por eso el mandato misionero del Señor resuena con mayor fuerza y urgencia. El MCC escucha con renovada actualidad este mandato de ir por todo el mundo y predicar el Evangelio; también escuchamos la recomendación a reavivar el carisma que hacía san Pablo, nuestro patrono, a su discípulo Timoteo, en comunión con el papa Francisco, que nos exhorta a ser una Iglesia en salida que va hacia las periferias geográficas y existenciales.

Hoy más que nunca la Iglesia y el mundo necesitan al MCC. Los hombres y mujeres de nuestro tiempo están llamados a escuchar la proclamación del kerigma, el anuncio del amor de Dios, la invitación a una vida nueva. La Iglesia cuenta con nosotros para fermentar evangélicamente los ambientes de hoy. Llenos de confianza en el Señor, seguiremos remando mar adentro y echando las redes aunque el mar esté agitado y no falten dificultades. A la Virgen María, estrella de la nueva evangelización, me encomiendo.

Un abrazo. ¡De colores!

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